sábado, 26 de julio de 2014

Asomado en su nido, un frailecillo corta una flor para engalanar su hogar provisional de la isla de Skomer, donde crían 6.000 parejas. Los nidos, ubicados en madrigueras, suelen tener un metro de largo como mínimo, para garantizar la seguridad del huevo, y la del polluelo después. No es fácil ver a los polluelos, ya que permanecen ocultos unas seis semanas, hasta que una noche deciden echar a volar y desaparecen.


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