domingo, 30 de junio de 2013

El gran Imperio de Oriente Los partos.En el siglo III a.C., un pueblo nómada de las estepas de Asia creó un vasto imperio en Irán y Mesopotamia que desafió primero a los reyes helenísticos y luego a la todopoderosa Roma

Arte kushana Estatua de Buda procedente de Gandhara (Pakistán), con influencias helenísticas. siglo III. Museo Ashmolean, Oxford.


Triunfos romanos En el año 203 se erigió en el extremo noroeste del Foro de Roma un arco triunfal (arriba) para conmemorar las victorias militares de Septimio Severo y de sus hijos Caracalla y Geta contra los partos, en los años 194-195 y 197-199.



Los temidos catafractos Jinete de una tumba china del período Han, en Sichuán, representado realizando el típico «disparo parto».


El rey parto Orodes II Dracma de plata con su efigie acuñada en Susa. Siglo I a.c.


El gran templo de Hatra Situada en el límite oriental del Imperio parto, Hatra fue un pujante núcleo comercial y baluarte frente a Roma. El templo de Shamash, en la imagen superior, aúna rasgos griegos, como los capiteles, con una base irania.


La capital de los partos De la antigua Ctesifonte, en Irak, sólo se conserva una fachada del palacio real de época sasánida, con el imponente arco que servía de pórtico del salón de audiencias (iwan).


jueves, 27 de junio de 2013

Isla Mauricio joya del Índico.Playas blancas, fondos coralinos y un interior selvático forman el pasiaje de esta isla


Bahía de Tamarin Las aguas del río Rempart desembocan en esta plácida ensenada de la costa oriental.


Chamarel Las dunas «de siete colores» forman parte del circuito que también visita el Parque Nacional Black River Gorges. En los alrededores se cultiva un café de gran calidad.


Cascadas de Rochester Su laguna es uno de los rincones más refrescantes de la costa sur. La pista de tierra que conduce hasta el salto discurre entre campos de caña de azúcar.


Jardines de Pamplemousses El Sir Seewoosagur Ramgoolam es uno de los mejores jardines botánicos gracias a Pierre Poivre, que en 1768 introdujo plantas tropicales del resto del mundo.


Cap Malhereux La iglesia de Notre Dame Auxiliatrice se erige a poca distancia del mar. Su misa de los domingos con cantos espirituales es una cita indispensable.


Costa Oeste La playa de Flic en Flac es famosa por su oferta en deportes acuáticos y también por las puestas de sol que se ven desde la arena.


Le Morne Brabant Refugio de esclavos en el siglo XIX, esta montaña y su entorno fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 2008. Se localiza en la costa sudoeste.


lunes, 24 de junio de 2013

ESPECIAL EGIPTO UNA CIVILIZACION QUE DEJO HUELLA.

Los constructores de las tumbas faraónicas El Valle de los Reyes.Los obreros que construían las tumbas de los faraones en el Valle de los Reyes vivían concentrados en el poblado de Deir el-Medina, para garantizar que la ubicación de las sepulturas quedara en secreto

Deir el-Medina, desde lo alto La fotografía corresponde a una vista cenital de Deir el-Medina, rodeado por las agrestes montañas tebanas. A la izquierda del asentamiento puede verse la necrópolis de los trabajadores.


El ocio de los obreros Los arqueólogos han descubierto en Deir el-Medina miles de lascas de piedra caliza y de fragmentos de cerámica, llamados ostracones, sobre los que los habitantes del poblado escribían y dibujaban. La información que contienen ha proporcionado una visión detallada de la vida de los obreros de las tumbas reales. En la imagen superior, de intención satírica, un gato, con un hatillo a su espalda, guía a un rebaño de seis gansos con un cayado. En la inferior, se reprodujo con suma destreza y todo detalle a una acróbata.


Servidores de los dioses Esta bella pintura de la tumba de Sennedjem, «Servidor en el Lugar de la Verdad» (es decir, trabajador en Deir el-Medina), lo muestra rindiendo culto a los dioses con su esposa.


La última morada de Ramsés VI Esta sepultura estaba destinada a Ramsés V, pero su tío Ramsés VI la usurpó. Es una de las mejor conservadas del Valle y en su decoración destaca un magnífico techo astronómico.


Templos para la eternidad A diferencia de los faraones del Imperio Antiguo, los del Imperio Nuevo separaron su tumba de su lugar de culto. En la imagen, el Ramesseum, templo funerario de Ramsés II.


El rey ante los dioses En esta escena de la tumba de Horemheb, en el Valle de los Reyes, el último faraón de la dinastía XVIII aparece ante Osiris, dios del Más Allá. En primer término, Maat, diosa del orden y la justicia.


Tutankhamón, la historia de una aventura arqueológica

La máscara funeraria de Tutankhamón en el momento de su descubrimiento.


Fotografía de Harry Burton en la que Howard Carter inspecciona el sarcófago de Tutankhamón.


«Tutankhamón. Historia de un descubrimiento» Entre 1922 y 1929, el fotógrafo Harry Burton documentó meticulosamente el descubrimiento de la tumba de Tutankhamón


Los animales de compañía en el antiguo Egipto.Perros, gatos y monos eran tan apreciados por los egipcios que a su muerte eran momificados y enterrados con sus amos

El fiel compañero Un hombre riega su jardín en compañía de su fiel perro. Pintura de una tumba de la dinastía XIX en Deir el-Medina.


Gatos, perros y monos, favoritos Los gatos estuvieron presentes en distintos ámbitos en el antiguo Egipto, desde el doméstico hasta el religioso. Óleo por Edwin Long. 1878.


Animales de caza Los perros lebreros ayudaban a sus amos a cazar leones, antílopes y órices. En la imagen, Tutankhamón cazando acompañado de su perro. abanico. Museo Egipcio, El Cairo.


El Libro de los Muertos: el viaje al Más Allá El Libro de los muertos.Los antiguos egipcios se hacían enterrar acompañados por una serie de fórmulas mágicas para viajar por el Más Allá

La tríada divina Osiris, dios del inframundo, flanqueado por su esposa Isis y su hijo Horus. Tríada de Osorcón II. Siglo IX a.C. Louvre, París


Apofis, el gran enemigo de Re Esta pintura de la tumba de Inherkhau, en Deir el-Medina, recrea el momento en el que el Gran Gato de Heliópolis se abalanza sobre la malvada serpiente Apofis.


Sin mancha ante los dioses Pectoral de oro y piedras semipreciosas con una escena de purificación del faraón Amosis. Dinastía XVIII.


El Sol, protector del difunto De la tumba de Tutankhamón procede este amuleto funerario. Es el escarabajo Khepri, representación del sol al amanecer. Museo Egipcio, El Cairo.


Rendir cuentas ante Osiris El escriba Kha y su esposa Merit se presentan ante Osiris, dios del inframundo. Escena del ejemplar del Libro de los muertos hallado en la tumba de Kha, en Deir el-Medina.


Vivir a orillas del Nilo La vida junto al río Nilo.El Nilo era venerado como un dios por los antiguos egipcios, que lo consideraron fuente de vida y riqueza. sus crecidas anuales marcaron el ritmo de las estaciones y la vida de quienes vivían en sus orillas

Las aguas destructoras Una crecida demasiado alta podía causar inundaciones y destrucciones. A la izquierda, coloso de Ramsés II cubierto por las aguas en Wadi es Sebua.


Las lágrimas de la diosa Isis Según el mito, el Nilo empieza su crecida alimentado por las lágrimas que Isis vierte por su asesinado esposo Osiris. En la imagen, el templo de Isis en la isla de Filé.


El río de la vida La crecida del Nilo marcó de tal manera la vida de los antiguos egipcios que éstos incluso basaron su calendario en el ciclo anual del gran río, dividiéndolo en tres grandes estaciones: la inundación, la siembra y la cosecha. En la imagen, Nebamón caza y pesca en el Nilo. Pintura de su tumba. Museo Británico, Londres.


crecida del Nilo El mosaico Barberini fue descubierto a comienzos del siglo XVI en el templo dedicado a la diosa Fortuna que se levantaba en la ciudad romana de Praenestre, la moderna Palestrina, al este de Roma. Un siglo después fue trasladado al palacio Barberini de esta localidad. La obra, de grandes dimensiones (5,85 m de ancho por 4,30 de alto), se realizó en el siglo I a.C. y muestra una representación idealizada del país del Nilo, donde los elementos de la cultura griega se mezclan con los egipcios. El mosaico se compone de diversas escenas independientes que recrean los diferentes aspectos de la vida a orillas del río sagrado.


En una isla del Nilo El kiosko de Trajano pertenece al complejo de Filé, erigido en una isla del Nilo del mismo nombre y trasladado en nuestra época a la de Agilkia.


El festival de Opet Tras la visita a Luxor, las imágenes de la tríada tebana regresaban a Karnak navegando por el Nilo. En la imagen, pilono de entrada del templo de Luxor.


Los templos de Abu Simbel Construidos en la alta Nubia por Ramsés II, los dos templos de Abu Simbel fueron trasladados para su salvamento a un punto más elevado en 1968.


Origen del Egipto faraónico El nacimiento de Egipto.En el paso del IV al III milenio a.C., los primeros faraones extendieron su autoridad a lo largo de todo el Nilo. En el siglo XIX se hallaron sus tumbas, en Abydos

La escritura más antigua Fechadas hacia 3200 a.C., estas etiquetas de marfil halladas en las tumbas reales de Abydos por Grünter Dreyer (que excava en Umm el-Qaab desde 1977) se cuentan entre las muestras de escritura jeroglífica más antiguas que se conoce. Estas inscripciones identificaban los diferentes elementos del ajuar funerario de la tumba.


Barcos para la ultratumba Algunas embarcaciones enterradas en Abydos medían 27 metros de eslora. Los barcos, que desempeñaban un papel muy importante en los cultos del antiguo Egipto, eran fundamentales para que el soberano pudiese completar su viaje en el Más Allá.


El unificador de egipto A la izquierda vemos a Narmer, teórico unificador de Egipto; le sucedió Aha, primer rey de la dinastía I. Paleta de Narmer (detalle). III milenio a.C. Museo Egipcio, El Cairo.



Paletas predinásticas Paleta del León (reverso), posiblemente procedente de Abydos. 3150 a.c. Museo Británico, Londres.


Estela del rey Djet Hallada en Abydos, pertenece al tercer rey de la dinastía I. En ella vemos la fachada del palacio real y el dios halcón Horus, con quien se asimilaban los faraones. Museo del Louvre, París.


La primera pirámide Jasejemuy, último rey de la dinastía II, usó la piedra en su cámara funeraria de Abydos. Unos años después, Djoser hizo de piedra toda su tumba: la pirámide de Saqqara.


Los tesoros de los reyes de Egipto El oro de los faraones.Brillante e inalterable, el oro fue el metal más valorado por los egipcios, que lo utilizaron profusamente en el ajuar y la decoración de las tumbas reales

Brazalete de Ahmosis Está formado por dos planchas de oro y lapislázuli, en forma de cilindro, unidas con bisagras. En él vemos a Ahmosis de rodillas recibiendo la realeza de Geb, el dios de la tierra. Pertenece al tesoro funerario de la reina Ahhotep, madre del faraón Ahmosis.


Tesoro de Tanis Pátera de oro concedida como regalo al general Djehuty por Tutmosis III. Museo del Louvre, París.


Collar para una reina Hathor y Maat flanquean al dios carnero Atum en este pectoral de oro y lapislázuli de la reina Kama, madre de Osorkón III, rey de la dinastía XXIII. Museo Egipcio, El Cairo.


Máscara funeraria de oro Es de Psusenes I y se compone de dos piezas soldadas. El rostro del faraón está enmarcado por el pañuelo nemes y lleva la barba ceremonial. Es de oro con incrustaciones de vidrio y lapislázuli.


El pequeño sarcófago de oro de Tutankhamón En la cámara del Tesoro de la tumba de Tutankhamón, Howard Carter halló un sarcófago de madera, de 74 cm de longitud, que ocultaba otro sarcófago de madera revestido con una fina lámina de oro, una de las piezas más espléndidas de la tumba. Museo Egipcio, El Cairo.


Moscas de oro Ahmosis premió a su madre con esta condecoración por el destacado papel de la reina en la guerra de liberación contra los hicsos. El collar se compone de tres moscas de oro laminado.