domingo, 29 de septiembre de 2013

Oficial. Ejército español. Siglo XVII


– LA BOURTANGE, EL PASO ENTRE LA ALTA ALEMANIA Y GRONINGA. Impresionante fuerte de traza italiana situado en mitad del único camino que a finales del siglo XVI unía el país de Münster con la región de Groninga, parte de los dominios españoles de Flandes


En DF Hª MODERNA nº6: LEPANTO podrás encontrar... La vida cotidiana en los presidios africanos por Juan Laborda Barceló. A la altura de 1571 el concepto de Presidio se había desarrollado plenamente. Con este nombre se definía a la fortaleza situada en las posiciones exteriores de la corona o a la misma guarnición que defendía la plaza. Desde los avances de los Reyes Católicos por el norte de África, como la toma del peñón de Vélez de la Gomera en 1506, se hace necesario crear una fórmula de dominio de esas zonas alejadas, que posteriormente se repetirá con éxito en otros lugares. Orán, Túnez o los Gelves serán objetivos controlados a lo largo del siglo XVI, del mismo modo se actuará sobre el espacio italiano, como lo demuestran las fortalezas de Piombino, Nápoles o Milán.


Un Savoia-Marchetti SM 79 Sparviero espera la carga de torpedos para otra misión contra el tráfico naval aliado.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Armas RARAS de EJE (Alemania/Japón/Italia) de la Segunda Guerra Mundial.


La Tierra de las Momias


El Hierro, vistas de vértigo en la bahía del Golfo Acantilados y playas volcánicas, valles profundos y ermitas encaradas al Atlántico protagonizan el paisaje del Golfo, la extensa bahía que se abre en el norte de la isla canaria del Hierro, y cuyo final se desdibuja en las aguas del océano. Algunos tramos de esta costa están silueteados por un sendero que se asoma al vacío desde varios miradores. El más famoso es el Mirador de la Peña, obra del arquitecto canario César Manrique, que funde en su diseño la piedra volcánica y un jardín con flora isleña. A 500 metros se inicia el camino que conduce a la ermita de la Virgen de la Peña –en la imagen–. Excavada en la roca, regala amplias vistas del norte de esta isla, la más occidental de las Canarias, que fue declarada Reserva de la Biosfera en el año 2000.


Zahara de la Sierra, vigía de Grazalema En pleno Parque Natural de Grazalema se localiza Zahara de la Sierra, etapa de la Ruta de los Pueblos Blancos gaditanos. La villa, declarada Conjunto Histórico Artístico, se deja caer por una ladera coronada por los restos de un castillo roquero de la época nazarí (siglo XII). Queda en pie la torre del Homenaje, que guarda la memoria en piedra de este enclave fronterizo de al-Andalus. Las calles empinadas del pueblo y las plazas refrescadas por fuentes tienen miradores desde los que se admira un panorama que abarca el embalse de Zahara. Es imprescindible entrar en la iglesia de Santa María de la Mesa (XVII) para contemplar el esplendoroso retablo barroco. Zahara es punto de partida de rutas a pie, en bicicleta y a caballo por la sierra y cuevas de Grazalema.


De Estella a Tafalla, tierra de bodegas La Ruta del Vino de Navarra cruza la zona entre Estella y Tafalla, una tierra de tradición vinícola desde el siglo XI. El itinerario reúne bodegas vanguardistas y centenarias de localidades como Artajona, Óbanos, Añorbe y San Martín de Unx, pero también tabernas de vinos, agrotiendas, alojamientos entre viñedos y el Museo del Vino en Olite. Además propone participar en talleres de aromas del vino, paseos en bicicleta y a caballo, e incluso labrar las cepas con la recompensa de un almuerzo campero o un maridaje con vinos de la D.O. Navarra. Este paseo permite, asimismo, conocer hitos monumentales del Camino de Santiago como el monasterio de Irache –en la fotografía–, un hospital de peregrinos situado a dos kilómetros de Estella y rodeado de viñedos que abastecía de vino a los reyes de Navarra en el siglo XII.


El tesoro de Tutankhamón.El ajuar funerario que Howard Carter halló en 1922 en la famosa tumba del Valle de los Reyes contenía todo lo necesario para garantizar al faraón una vida apacible y segura en el Más Allá

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El guardián de Tutankhamón Esta estatua con el tocado khat, y otra igual con el pañuelo nemes, a tamaño natural, guardaban la entrada a la cámara funeraria del rey. Museo Egipcio, El Cairo.


El Valle de los Reyes En este lugar construyeron sus tumbas los faraones del Imperio Nuevo. En el centro de la imagen, entrada de la tumba de Tutankhamón.


Tutankhamón niño Figurilla de oro hallada en la cámara del tesoro. Museo Egipcio, El Cairo.


Los reyes en privado En una esquina de la Antecámara, Howard Carter encontró un relicario de madera revestido con pan de oro decorado con relieves. Las escenas muestran el profundo amor que se profesaban Tutankhamón y su esposa Ankhesenamón. Representaciones de la pareja real, con distintos atavíos y poses, cubren las paredes del relicario, manifestando la importancia que su relación tenía para el adecuado equilibrio del cosmos.


Abanico de oro La escena muestra al rey en su carro cazando avestruces. Su perro, de raza saluki (una especie de lebrel) corre junto al carro. Tras él, una cruz ankh, símbolo de la vida eterna, sujeta un abanico.


Ushebti con corona azul El general Nakhtmin, hijo de Ay (visir y sucesor de Tutankhamón), dedicó este ushebti al rey. Mide 48 cm y se ha realizado con madera estucada y pintada. Porta una corona azul jepresh, hecha de ébano.


Canadá Las Rocosas más espectaculares.Un recorrido por los parques canadienses de Banff, Jasper y Yoho


P. N. Yoho Los densos abetales se reflejan en el lago O’Hara, emplazado a los pies de picos que superan los 3.000 metros.


P. N. Jasper Es el parque más extenso (10.878 km cuadrados) y de paisaje más variado de las Rocosas canadienses. En la foto, el lago Pyramid.


Cascadas Athabasca Las aguas del glaciar Athabasca se desploman en un caudaloso salto de 23 metros dentro del parque Jasper.


Icefield Centre Caminar sobre el glaciar Athabasca y el campo de hielo Columbia es la gran atracción de este centro de visitantes.


P. N. Banff A lo largo de la Bow Valley Parkway, la carretera que une Lake Louis con Banff, se ven osos, ciervos y coyotes a primera y última hora del día sin salir del coche.


Lago Peyto Desde el mirador del Bow Summit Lookout se distingue la silueta de oso de este lago del parque Banff.


Mirador de Morant La promoción turística de Banff tuvo su mayor impulso a principios del siglo XX gracias a las fotografías que Nicholas Morant (1910-1990) realizó para la Canadian Pacific Railway. Hoy su nombre pervive en el valle de Bow, en Morant’s Curve, el punto donde se dice que capturó las impresionantes imágenes del tren trazando una curva, con el río al lado y los picos como telón de fondo.


P. N. Yoho Menos visitado que Jasper y Banff, Yoho conserva enclaves mucho más salvajes. En la fotografía, los lagos O’Hara y Mary desde el altiplano de Opabin.


Lago O’Hara Emplazado a más de 2.000 metros, es uno de los más espectaculares de Yoho. Solo se permite acceder en autobús o a pie por un sendero de 12 kilómetros.


domingo, 22 de septiembre de 2013

El día 28 de Septiembre del año 1.575 tuvo lugar en Flandes la llamada “expedición maravillosa”. Durante la noche 1.500 arcabuceros y 200 gastadores de la gloriosa Infantería de los Tercios, vadearon durante la bajamar los canales que les separaban de la isla de Duiveland, y con el agua por el pecho entraron con tal arrojo y agresividad que pusieron en fuga a las guarniciones orangistas y a las diez compañías inglesas y francesas que les apoyaban.


El 9 de septiembre de 413 a. C. tuvo lugar la segunda batalla de Siracusa, entre atenienses y los siracusanos, en el marco de la guerra del Peloponeso. Como relata Tucídides irónicamente en su Historia de la Guerra del Peloponeso, los generales atenienses que condujeron la campaña tenían un conocimiento insuficiente de Sicilia o de su población y por lo tanto, las fuerzas para su conquista eran deplorablemente inadecuadas. La batalla fue caótica por lo reducido del espacio y la cantidad de naves. La victoria siracusana fue aplastante.


El 11 de Septiembre de 1937, fallecía en la batalla de Belchite el Capitán de IM D. Manuel Fernández Fecho. Cuando comenzó la Guerra Civil este Oficial estaba ya en la Reserva, después de muchos años luchando con el Batallón Expedicionario de IM en Larache durante la Guerra de África, pero se volvió a alistar y fue destinado a la División 151 del ET que estaba combatiendo en el frente de Aragón.


Personal de tierra preparando las bombas para un B-24D Liberator


En DF Hª MODERNA nº6: LEPANTO podrás encontrar... Lepanto en la visión otomana por İdris Bostan (Universidad de Estambul). Lepanto, conocida en la historiografía otomana como “la batalla de la armada derrotada”, se considera como el primer gran conflicto en la historia naval otomana en el que la flota resultó vencida y destruida. Esta famosa batalla naval fue la más decisiva en términos de consecuencias entre todas las batallas navales otomanas. Evaluar la batalla de Lepanto como una "guerra naval tecnológica" ofrecería un análisis incompleto si no se tienen en cuenta los acontecimientos que desencadenaron la guerra y los eventos paralelos que la acompañaron. Por lo tanto, se ha de mirar cuidadosamente la forma en la que se desarrolló la contienda, además de que se debe analizar Lepanto en relación a la batalla de Préveza, acaecida en 1538. Ilustrado por Sandra Delgado, mapas de Carlos de la Rocha.


El 21 de septiembre de 1558, fallece en Yuste Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico.


viernes, 20 de septiembre de 2013

Tartessos: en busca del reino perdido

En tierras de Extremadura Arreo de caballo procedente de Cancho Roano, con la forma de «señor de los caballos» (despotes hippon). A principios del siglo VI a.C., en el valle de la Serena (Badajoz) se levantaba un palacio-santuario que fue reedificado en dos ocasiones, la última a principios del siglo V a.C.; su arquitectura y los altares en forma de piel de toro extendida recuerdan los de El Carambolo. El santuario de Cancho Roano, excavado desde 1978, se ha relacionado con las élites tartesias, y su ubicación en Extremadura atestigua la amplia difusión de la cultura tartésica y de la influencia oriental que la caracterizaba.


Búsqueda en Doñana Adolf Schulten (1879-1960). Además de su actividad como arqueólogo, Schulten estudió profundamente la etnología y la geografía de Iberia. Tras excavar en el área de Numancia entre 1905 y 1914, este arqueólogo alemán volvió a España una vez concluida la primera guerra mundial, y se enfrascó en la búsqueda de la capital de la legendaria Tartessos de la que hablaban los autores griegos, que él situaba en Doñana. Aunque no tuvo éxito en esta empresa, su Tartessos. Contribución a la historia más antigua de Occidente (1924) constituyó un hito en el estudio de la cultura tartésica.


La llegada de los fenicios Barco fenicio de guerra, dotado de un espolón para embestir las naves enemigas. Pendiente de oro fechado hacia 404-399 a.C. La tradición que sitúa la fundación de Cádiz hacia 1100 a.C. quizá recoge los primeros contactos comerciales de los fenicios con Tartessos, pues las excavaciones realizadas entre 2008 y 2010 en el solar del Teatro Cómico de esta ciudad sitúan su nacimiento más tarde, entre finales del siglo IX y comienzos del siglo VIII a.C. En el período previo se habrían consolidado los intercambios entre tartesios y fenicios, cuyas demandas de metales y otros bienes habrían transformado las sociedades indígenas.


Piel de toro Pectoral de oro en forma de piel de toro, procedente de El Carambolo. Los casi tres kilogramos de oro que en 1958 se hallaron en el cerro de El Carambolo, próximo a Sevilla, precedieron la excavación, entre los años 2002 y 2005, de un recinto sagrado edificado allí en el siglo VIII a.C., que fue remodelado y ampliado en el siglo siguiente. Aunque este santuario es de tipo fenicio, su altar en forma de piel de toro extendida, que se corresponde con los pectorales del tesoro que tienen igual forma, constituiría un rasgo original del mundo tartesio. Puede que las joyas que forman el tesoro de El Carambolo fuesen ornamentos de una imagen de culto (quizás adornaron toros sagrados) o atributos sacerdotales.


Los relatos griegos Casco griego de tipo corintio hallado en la ría de Huelva en 1930. Siglo VI a.C. Real Academia de la Historia, Madrid. Narrado por Heródoto, el viaje de Coleo de Samos a Tartessos, hacia 640-630 a.C., es el primer testimonio de la presencia griega en Occidente. La historiadora M. E. Aubet observó que los autores griegos transmitieron una imagen idealizada de Tartessos, en la que los dioses y los personajes mitológicos (como Heracles o Gerión) se mezclan con personajes en apariencia históricos, como Argantonio, en un mundo de leyendas que giran en torno a las principales riquezas del país: la plata, la agricultura y la ganadería.


En tiempos de Salomón Salomón y la reina de Saba. Relieve en bronce dorado por Lorenzo Ghiberti. 1438-1440. Puerta del Paraíso, en el baptisterio de Florencia. Salomón, monarca de Israel, vivió hacia 970-931 a.C. El libro bíblico de los Reyes hace referencia a las naves que el soberano enviaba junto con Hiram I de Tiro a Tarsis, identificada con Tartessos por muchos autores, y que volvían cargadas de metales preciosos y productos exóticos. El emporio fenicio de Tiro tendió una amplia red comercial sobre el Mediterráneo occidental, y fueron precisamente navegantes tirios quienes fundaron Gadir (Cádiz), considerada la primera ciudad de Occidente.


Tesoro de La Aliseda El conjunto de piezas de oro hallado en La Aliseda (Cáceres), que tal vez fue el ajuar funerario de una dama de alcurnia, permite apreciar con claridad el influjo fenicio en el ámbito de Tartessos. Así sucede con el cinturón, que consta de más de sesenta piezas en las que se han representado temas orientales como grifos alados, palmetas y un hombre luchando con un león.


El rey del fin del mundo Esta ánfora muestra la lucha entre Hércules y Gerión, mítico soberano de tres cabezas que gobernaba Tartessos, país situado en los confines del mundo conocido. Siglo VI a.C.


Guerrero con escudo y carro En las estelas funerarias de guerreros halladas en Extremadura y Andalucía se ha visto una manifestación de la cultura tartésica. Estela de Solana de Cabañas. Siglos VIII-VI a.C. MAN, Madrid.


La gran divinidad fenicia La diosa Astarté en un trono flanqueado por esfinges. Estatuilla descubierta en Tutugi (Granada). Siglo VII a.C. Museo Arqueológico Nacional, Madrid.


La metrópoli fenicia Desde el siglo IX a.C., la poderosa ciudad fenicia de Tiro estableció contactos comerciales con el mundo tartésico. En la imagen, ruinas de la Tiro romana.


El influjo oriental En orfebrería, con la presencia fenicia se introdujeron motivos y técnicas orientales. Pendiente de oro del tesoro de La Aliseda. Siglo VII a.C. MAN, Madrid.


La tumba de la Señora de Cao, líder del pueblo mochica.En 2005, arqueólogos peruanos encontraron en el norte de Perú el sepulcro intacto de una gobernante mochica que vivió en el siglo V d.C.

Reina y sacerdotisa Bajo las telas que cubrían el cuerpo de la Señora de Cao apareció una armadura de 1.100 piezas de cobre dorado de 200 kilos, dos bastones ceremoniales y armas. Todo ello, emblemas de poder sólo encontrados antes en tumbas de personajes masculinos de alto rango como el Señor de Sipán. Pero, además, los tatuajes de arañas y serpientes que adornan el cuerpo de la Señora indicarían, según Régulo Franco, que se le atribuían poderes sobrenaturales, ya que estos animales son símbolos de la fertilidad de la tierra.


El guardián de la tumba Estatuilla de madera con un mazo de guerra, enterrada tal vez como un simbólico guardián cerca de la tumba de la señora de cao.


Un arqueólogo restaura un mural en el patio ceremonial de la huaca Cao Viejo donde se localizó la tumba intacta de la Señora de Cao.


Los arqueólogos vuelven a explorar la mítica Troya.Investigadores estadounidenses y turcos emprenderán una nueva campaña de excavaciones en la legendaria ciudad homérica