domingo, 25 de agosto de 2013

La familia Pech’ Puc se pone en marcha a las 5.30 de la mañana. Trece personas viven en esta casa de adobe con techo de paja, situada en un aldea de campesinos que cultivan los mismos productos que sus ancestros: maíz, frijol y calabaza. El año pasado el estado mexicano de Quintana Roo ingresó diez millones de dólares del turismo, pero poco de ese dinero ha llegado a las pequeñas comunidades mayas.


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