viernes, 7 de septiembre de 2012

La cueva de Altamira es una cavidad natural en la roca en la que se conserva uno de los ciclos pictóricos y artísticos más importantes de la Prehistoria.2 Está situada en el municipio español de Santillana del Mar, Cantabria, a unos dos kilómetros del centro urbano, en un prado del que tomó el nombre.3 Las pinturas y grabados de la cueva pertenecen a los períodos Magdaleniense y Solutrense principalmente, y alguno al Gravetiense,4 , e incluso según pruebas utilizando series de uranio retrasan la fecha a hace 35 600 años, en el comienzo del Auriñaciense,5 si bien las evidencias arqueológicas son únicamente solutrenses y magdalenienses, e incluso con dudas,6 7 todos dentro del Paleolítico superior.8 El estilo de gran parte de sus obras se enmarca en la denominada «escuela franco-cantábrica», caracterizada por el realismo de las figuras representadas. Contiene pinturas polícromas, grabados, pinturas negras, rojas y ocres que representan animales, figuras antropomorfas, dibujos abstractos y no figurativos.9 Calificativos como: «Capilla Sixtina» del arte rupestre;9 10 11 «...la manifestación más extraordinaria de este arte paleolítico...»,12 «... la primera cueva decorada que se descubrió y que continua siendo la más espléndida»;13 y «...si la pintura rupestre [paleolítica] es el ejemplo de una gran capacidad artística, la cueva de Altamira representa su obra más sobresaliente»,14 nos indican la gran calidad y belleza del trabajo del hombre magdaleniense en este recinto. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985.15 En el año 2008 se hizo una extensión de la nominación a otras 17 cuevas del País Vasco, Asturias y la propia Cantabria, pasándose a llamar el conjunto «Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España»







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