miércoles, 8 de enero de 2014

La capital de Alsacia conserva viva la herencia de su época dorada, la Edad Media, cuya esencia se concentra en la Grande Île, Patrimonio de la Humanidad desde 1988. El río Ill, afluente del Rin, rodea esta isla y riega los canales de la Pequeña Francia, el antiguo barrio de curtidores y molineros. Esta zona ha preservado las casas con entramados de madera y patios interiores, muchos de los cuales alojan winstubs (vinotecas) y biertubs (tabernas de cerveza). Algunos canales se pueden navegar. La visita a Estrasburgo debe completarse recorriendo la plaza adoquinada de la Catedral (XI y XV), cuya aguja de 142 metros fue la más alta de la cristiandad hasta el siglo XIX, y el Barrio Imperial, con antiguas residencias palaciegas y varias mansiones de estilo art nouveau.


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