viernes, 13 de septiembre de 2013

El 28 de marzo del año 193 d.C., hace 1.820 años, murió asesinado por soldados pretorianos el emperador romano Publio Helvio Pertinax (Alba, 126 d.C.), cuyo breve reinado no llegó a los 90 días, entre el asesinato de Cómodo, el 31 de diciembre de 192, y su propia muerte. En el capítulo XIX de El Príncipe, Nicolás Maquiavelo explica que los emperadores Marco Aurelio, Pertinax y Alejandro Severo eran «de vida modesta, amantes de la justicia, enemigos de la crueldad, humanos y afables», pero que encontraron, con excepción del primero, «un triste final». Maquiavelo sostiene que Pertinax «fue hecho emperador contra la voluntad de los soldados, los cuales, acostumbrados a vivir licenciosamente bajo Cómodo, no pudieron soportar aquella vida honesta a que Pertinax los quería reducir. Por eso, habiéndose granjeado su odio y al unirse a este odio el desprecio que les causaba su avanzada edad, se hundió ya en los primeros momentos de su reinado». El filósofo florentino considera que la excesiva honestidad que mostró Pertinax hacia sus súbditos, ya corruptos, precipitó su muerte.


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