domingo, 25 de agosto de 2013

Buceando sobre la plataforma de las ofrendas del cenote Holtún, Guillermo de Anda examina un conjunto de huesos. «Es un trabajo milimétrico –dice el fotógrafo Paul Nicklen–. Estás justo encima de unos restos que llevan siglos sin tocarse, por lo que tienes que ser un buzo experto y ser muy cuidadoso en tus movimientos.»


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