jueves, 28 de febrero de 2013
El extremo oriental del litoral almeriense es un territorio de arrecifes, playas de dunas y pueblos blancos como San José, el mayor del cabo de Gata, que aún preserva su esencia marinera. Siguiendo desde el pueblo la carretera costera hacia el sur, muy cerca surgen los desvíos a las calas del Mónsul y Los Genoveses, consideradas las más bonitas del parque. La ruta prosigue una decena de kilómetros hasta alcanzar el promontorio del cabo de Gata, la punta del sudeste peninsular. En lo más alto tiene un faro de 1863, al que se llega a pie por un sinuoso camino que finaliza en el mirador de las Sirenas, con vistas sugestivas a este arrecife de roca volcánica, situado justo enfrente. Visitar el lugar al atardecer permite disfrutar de una luz espectacular.
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