viernes, 13 de diciembre de 2013
Belmonte y los paisajes del Quijote Desafiante como los molinos-gigantes contra los que luchó el «caballero de la triste figura», el castillo de Belmonte (siglo XIV) corona solitario el cerro de San Cristóbal, desde el que domina la llanura manchega. Perfecto ejemplo de arquitectura militar, conserva los calabozos y una muralla que llega hasta el pueblo. El castillo fue restaurado y transformado en museo en 2010. Desde entonces se realizan visitas guiadas por sus ostentosas salas, entre las que destacan las estancias que ocupó Eugenia de Montijo (1826-1920) cuando se recluyó en él tras dejar de ser emperatriz de Francia. La fortaleza y el pueblo de Belmonte son una etapa de la Ruta del Quijote, de ahí que sus monumentos, museos y restaurantes revivan el ambiente de la novela cervantina
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