sábado, 30 de noviembre de 2013

Jökulsárlón, Islandia, 2009 Destinado a derretirse, este pedazo de hielo de 360 kilos brilla bajo la luz de la luna en una gélida playa islandesa. Ha ido a parar a una laguna formada por un glaciar en retroceso. Balog denomina estos fragmentos «diamantes de hielo», un compendio de belleza y tragedia.


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