sábado, 3 de agosto de 2013

El suplicio del general Riego El general Riego es conducido al lugar del suplicio. «Como si montarle en borrico hubiera sido signo de nobleza, llevábanle en un serón que arrastraba el mismo animal [...]; cubierta la cabeza con su gorrete negro, lloraba como un niño», escribió Pérez Galdós.


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