"Me sentí como si escalase una lámpara de araña", dice el escalador de hielo de renombre mundial Will Gadd tras completar la primera ascensión de 650 metros del Skrikjofossen durante un gélido mes de febrero en Eidfjord, Noruega. "Esta fue, de lejos, la cascada congelada más difícil que había subido nunca." Pero para Gadd, la oportunidad de explorar las cuevas detrás de las cascadas de hielo hace que el riesgo valga la pena. "La combinación de luz, atmósfera y el carácter temporal de estas habitaciones de joyas inspira el temor."
No hay comentarios:
Publicar un comentario