viernes, 31 de mayo de 2013
lunes, 27 de mayo de 2013
Animales únicos Seychelles es el hogar de multitud de especies endémicas. Entre las terrestres hay el camaleón tigre, la lagartija verde y la tortuga gigante, cuya colonia más accesible está en la isla Curieuse, cerca de Praslin. Los últimos censos de aves hablan de 13 especies y 17 subespecies únicas en el mundo. Y cada isla tiene su propia variedad: en Praslin, el loro negro, el suimanga y la paloma azul; en La Digue, el papamoscas; en la isla de Frégate habita el tordo de las Seychelles, una de las rarezas más buscadas.
Un paraíso submarino Con 300 especies de peces y más de 30 tipos de coral, además de tortugas marinas, no resulta extraño que Seychelles sea uno de los destinos para submarinistas más apreciados del planeta. El Parque Marino de Ste. Anne, a 15 minutos en barco desde Mahé, es el enclave más accesible, pero existen muchos más: la plataforma coralina de Desroches Drop, Cocos Island, Coral Gardens, Whale Rock y el atolón de Aldabra, declarado Patrimonio de la Humanidad. Los centros de buceo ofrecen jornadas enteras e incluso inmersiones nocturnas.
El color de Victoria La primera mañana en la capital debe reservarse a contemplar mansiones coloniales como la Maison des Capucins y a pasear por el mercado, un recinto de 1840 donde se vende fruta, pescado fresco, guindillas y especias. En el piso superior trabajan los artesanos de la madera, las conchas y los textiles. Más tarde conviene asomarse al balcón del café Le Rendez-Vous para conocer de un vistazo sus coloridas calles y sus monumentos: la Torre del Reloj (1903), la Catedral católica (1907) y el palacio Presidencial (1913).
Zagora, antigua etapa en la ruta de las caravanas Esta ciudad del sur de Marruecos fue durante siglos un lugar de paso para las caravanas de camellos. Éstas partían cargadas de mercancías desde los oasis del río Níger en Mali y Mauritania, y atravesaban el territorio sin una sombra hasta llegar al valle del río Draa.
Una jornada en Cairns La mañana es la hora más fresca para andar por el paseo marítimo, separado un kilómetro del mar mientras la marea está baja. El resto del día conviene dedicarlo a navegar hasta la Gran Barrera y observar sus corales; la alternativa es visitar el pueblo de Port Douglas y almorzar a la sombra de palmeras.
Noosa y la Sunshine Coast A una hora en coche de Brisbane, la costa se llena de pueblos vacacionales y playas blancas. Noosa Heads es un destino apreciado por los surfistas que, además, cuenta con el aliciente del Parque Nacional Noosa, un bosque lluvioso surcado por senderos. A poca distancia se hallan los acantilados ocres del Parque Nacional Cooloola.
viernes, 24 de mayo de 2013
Los dominios del castillo de Guadalest Mimetizado con la roca gris de la sierra alicantina, el pueblo de El Castell de Guadalest seduce desde hace siglos a quien llega desde la cercana Costa Blanca. Declarado conjunto histórico-artístico en 1974, su calle principal asciende hasta el castillo de Sant Josep (siglo XI), el fuerte erigido por los árabes para controlar el valle del Guadalest. De aquella época se conservan la prisión, en los bajos del Ayuntamiento, y la torre árabe de la Alcozaiba, emplazada sobre una colina en la que domina el blanco campanario de la iglesia parroquial.
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